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La obsesión continúa

Iturralde González acaba de señalar el polémico penalti de Oviedo, para poner cuesta arriba una promoción de ascenso que fue el momento en que la U. D. estuvo más cerca de regresar a Primera.
La U. D. ha gastado más de seis mil millones en su intento por regresar a Primera División
Manuel Borrego. 28.6.99
Oficialmente, en el ejercicio 96 / 97 el gasto total de la sociedad (incluyendo en él todos los conceptos) ascendió a 1.966.055.507 y el de la campaña 97 / 98 se cifró en 2.267.220.837. Falta por cerrar la temporada que acaba el próximo miércoles 30 de junio, que, en teoría, sus números pueden rondar los del año precedente, de ahí que no cabe duda que se haya rebasado los seis mil millones de pesetas en este trienio de decepciones, estimándose en más de dos mil millones el déficit acumulado, de acuerdo con las versiones que en días recientes han ofrecido los propios consejeros en sus conversaciones con el gremio empresarial que está dispuesto a cubrir los 1.300 millones de capital social que permitirán reflotar económicamente a la SAD amarilla.

Cinco entrenadores (ejerciendo en dos ocasiones Paco Castellano en el cargo) y un total de sesenta y dos jugadores participaron en este proyecto inacabado de ascenso. La abundancia de futbolistas habidos es el botón de muestra de que la trayectoria deportiva del equipo amarillo no ha descrito en su plenitud lo que sus consejeros esperaban. Especialmente en la primera de las campañas que estamos analizando, donde no hubo paciencia con Pacuco Rosales (sentenciado a la sexta jornada), tampoco fidelidad con Ángel Cappa (cesado tras la vigésima jornada y divulgada su destitución al descanso del encuentro copero frente al Valencia) mientras Paco Castellano propició una reacción quizá demasiado tardía, algo que también ahora le ha podido ocurrir a su colega Juan Antonio Quintana Nieves. Eso sí, se alcanzó una meritoria clasificación hasta las semifinales de la Copa del Rey que llegó a complacer a muchos aficionados insatisfechos.

García Remón fue quien recibió un respaldo absoluto del entonces presidente, Germán Suárez. De ahí que los números que arroja la gestión del entrenador madrileño, en materia deportiva, fueran los más equilibrados del trienio y, en consecuencia, fuera también el que más cerca estuvo de alcanzar el objetivo anhelado. En realidad, la labor de García Remón se recordará en el futuro como la de la ocasión en la última década que Las Palmas estuvo más próxima de la Primera División, frustrada por importantes decisiones arbitrales en el transcurso de la Liga regular (se le anularon a la U. D. hasta cinco goles legales que pudieron cambiar signos de partidos) y, también, por una polémica actuación arbitral (el vasco Iturralde González) en el partido de ida de la promoción de ascenso, en el Carlos Tartiere, al margen lógicamente de los errores propios cometidos en el transcurso de la temporada regular.

Turu Flores, revalorizado

De esos 62 futbolistas empleados se aprecia un alto grado de cálculos errados. La relación precio-calidad no es segura en el mundo del fútbol (de ahí que equipos como Mérida, Extremadura, Alavés, Villarreal o Numancia hayan podido alcanzar la máxima categoría con presupuestos modestos) y Las Palmas ha sido uno de los clubes en que más se ha apreciado esta descompensación. De todas las contrataciones que hizo con jugadores del exterior, la del goleador Turu Flores se revalorizó con su venida a la Isla (quizá también Cicovic, a distinta escala), aunque ahora el portugués Agostinho (jugador que la U. D. desestimó adquirir hace un año) está también muy cotizado tras su descollante actuación con el Málaga, donde ha sido uno de los puntales en que se ha sustentado el ascenso de categoría.

Bajo estos parámetros se ha desenvuelto el gran esfuerzo del consejo de administración grancanario y el apoyo sin condiciones de una afición que no está dispuesta a rendirse y que volverá a llevar desde las gradas su aportación anímica, que es tan importante como el dinero.