Marrero se hizo cargo del filial desde que Quintana Nieves pasó al primer equipo en sustitución de Paco Castellano, “para que el equipo no quedara en vacío, ya que Germán Dévora no quería hacerse cargo”, explica el propio entrenador. “El equipo siguió jugando igual porque yo he intentado acercarme mucho a él y me he apoyado bastante en Guillermo Hernández. Él no cogió antes la dirección del equipo porque tenía un problema personal y no estaba con ánimos, pero ahora que no existe esa traba y puede hacerse con las riendas”.

Las Palmas Atlético ha cosechado en los dos partidos de la liguilla un empate y una derrota. Martín Marrero acudió ayer por la tarde a la llamada del club para dar explicaciones del rendimiento deportivo y habló personalmente con el director general, Sabino López, y por teléfono con el presidente, Ángel Luis Tadeo, y el consejero Germán Suárez.

“Llegamos pronto a un acuerdo de forma afable”, dice Marrero, “porque yo también entendía que no iba a sacar nada en claro. Si había derrota, sería culpa de Martín. Si se ganaba, era la trayectoria del equipo”.

Posición incómoda

“Estaba en una posición incómoda”, continúa. “Paco Castellano fue el que me animó a que cogiera el equipo, pero yo tampoco estaba a gusto. La situación era antipática”. Aunque a la rescisión se ha llegado en términos cordiales, Marrero admite que se siente “defraudado por la ilusión que había puesto en el ascenso de esta temporada. No nos dejaron terminar y se está viendo que aún quedan fechas para intentarlo. De cualquier modo, en un momento dado se entendió que era mejor relevarnos y así hay que aceptarlo. Lamento mucho que mi granito de arena no haya servido para conseguir el objetivo que todos nos marcamos. Deseo lo mejor al club en el futuro”.