Para la tercera jornada se esperaba la visita del Barcelona en el Insular. El once isleño
afrontó este partido diezmado en sus filas a causa de la epidemia de gripe. La fiebre asiática atacó
a los jugadores Pepín, Costa, Campa, Naranjo, Mujica, Silva y Paquillo. Desde Las Palmas, tanto la directiva del club como la de la Federación Canaria mediante su presidente Sr Massanet, se pusieron en contacto con la FEF y enviaron certificados médicos con las bajas de los jugadores. También al Barcelona se le comunicaba y en principio estaba dispuesto al aplazamiento. Para mayor abundancia, el partido de Segunda entre el Gerona y el Oviedo era aplazado por las mismas causas. En Madrid, el directivo de la UD Las Palmas, Pedro Valido, hacía gestiones ante la Federación Española de Fútbol para el aplazamiento del
partido con el Barcelona que no fructificaron.
El directivo canario se reunió con los señores Ramirez y Picó, que le dicen : como usted puede comprender, no vamos a suspender el partido a causa de la fiebre. Le dieron a entender, sencillamente, que el motivo no era de fuerza mayor” Diario Pueblo Madrid 28-09-1957.
La actitud federativa con el modesto club insular fue muy censurada por la prensa deportiva como Marca, donde Rienzi daba la razón a los directivos canarios y rechazaba los argumentos del Sr Ramírez, como escusas sin fundamento.La conclusión federativa era que el Las Palmas-Barcelona se jugaría , pese a que el equipo canario se viera obligado a sacar, un once, totalmente desmantelado. La Federación no accedia a la suspensión alegando que el Barcelona ya se había desplazado.
En tales circunstancias, el once local cuajado de
suplentes y con varios titulares no muy enteros, no pudo ofrecer ofensiva y menos resistencia a sus
veloces y conjuntados rivales de turno que eran el F.C.Barcelona y el Celta de Vigo.
Así ante el F.C.Barcelona, los canarios se presentaron con un novel equipo, de suplentes casi todos, y sin experiencia
en Primera frente a un Campeón de Liga plagado de internacionales. El resultado realmente fue
escandaloso de 0-7, porque tal número de goles no lo había encajado nunca el U.D. Las Palmas en
su campo. El cuadro insular se presentó muy diezmado con el novel Betancort de portero que
recibió nada menos que siete goles marcados por Basora y Villaverde a pares y Eulogio Martínez,
Evaristo y Tejada el resto. Jugaron ese día contra los “culés” y contra la gripe: Betancort; Beneyto,
Mujica, Marcial; Currucale, Torres; Julián, Vázquez, Queralt, Alberto y Macario.
“Una completa exhibicion de juego ha realizado el Barcelona en el Estadio Insular. De un modo magistral, ha derrotado a la Unión Deportiva. Una máquina sincronizada. perfecta, la del equipo azulgrana, que hizo que el público, en aras de deportividad y caautivado por la belleza de aquel fútbol , le dedicara frecuentes aplausos y una cálida ovación al final, cuando saludaban desde el círculo central del campo en señal de despedida”. Antonio Lemus.DLP 30-09-1957
La jornada siguiente también en casa, fue de nuevo calamitosa pues la U. D. Las Palmas
sufría otra derrota por goleada de 1-6 .Ciertamente que la gripe y las lesiones mermaron la
potencialidad al conjunto amarillo en el encuentro ante el Celta desde los primeros momentos en que se lesionó el central Campa, quedando prácticamente con diez jugadores, circunstancias que
fueron aprovechadas por el conjunto gallego para golear en el Insular. Desde la cuarta jornada los amarillos cogieron la cola de la tabla y estuvieron durante toda la competición renqueando hasta el final, donde afortunadamente se salvó hasta de jugar la promoción de permanencia en la categoría.
El
entrenador Urbieta fue destituido y Luis Molowny se hizo cargo del equipo con el que se había
alineado algunas jornadas,dándose la circunstancia curiosa de ser jugador y entrenador en la misma
temporada.
Bibliografía: Cien años de Fútbol canario.Volumen IV (1950-1964).JavierDomínguez García.