La visita del Budapest en 1926 y sus enseñanzas tácticas PDF E-Mail

©JAVIER DOMÍNGUEZ GARCÍA.2005 

En junio de 1926 la afición futbolística de las islas se congratulaba con la llegada del "famoso equipo húngaro que jugará en el Campo España frente al Gran Canaria, haciéndolo el 17 frente al Marino y el 20 contra el Victoria”.  Los "equipiers magiares" llegaban al Puerto de la Luz en el vapor "Highland Ladie" y esta selección de futbolistas húngaros estaba compuesta por miembros del MTK  (Magyar Torna Klub) y el  Ujpest Dotsza, ambos de la capital húngara  Budapest  e históricos clubes del fútbol centroeuropeo. La afición canaria acogía con cariño  a los jugadores y directivos de la  anunciada “ Selección de  Budapest” y  cuyo entrenador  el Sr Woggenhuber, permanecería un tiempo en la isla como entrenador del Marino.

 

La visita del Budapest en 1926 y sus enseñanzas tácticas

© Javier Dominguez García .2005

Se reseñaba en la prensa local la llegada del "famoso equipo húngaro que el próximo domingo debutará en el Campo España frente al Gran Canaria .Haciendolo el 17 frente al Marino y el 20 contra el Victoria”.  Los "equipiersmagiares" llegaban al Puerto de la Luz en el vapor "Highland Ladie" y estaselección de futbolistas húngaros estaba compuesta por miembros del MTK  (Magyar Torna Klub) y el  Ujpest Dotsza de Budapest , históricos clubes del fútbol centroeuropeo. La afición canaria acogía con cariño  a los jugadores y directivosde la  anunciada “ Selección de  Budapest” y  cuyo entrenador  el Sr Woggenhuber, permanecería un tiempo en la isla como entrenador del Marino.A nunciaban los periódicos locales  previo a los partidos con los húngaros  que: “La fama de todos estos jugadores pertenecientes a uno de los mejores equipos de Europa es de todos conocida,  y lo realmente difícil es quitarles el balón pues dentro de su pesadez,son agilísimos y con un fútbol matemático que maravillan,” (*)

 

 FIESTA Y GOLES EN LOS PARTIDOS FRENTE A LOS HÚNGAROS

 

Después de una presentación ante el Gran Canaria, en la que vencieron los húngaros, la afición de Las Palmas volvía a llenar el Campo España para presenciar al equipo “negro” frente al Marino. Cariñosamente la afición les llamaba “los curas” por su equipaje completamente negro.  El equipo extranjero no había dado la talla frente al Gran Canaria, por lo que esta nueva confrontación se esperaba para ver otra vez mas la potencialidad de nuestro fútbol, en esta ocasión frente a un rival centroeuropeo, región donde el deporte tenía fama de alcanzar un buen nivel y del que se conocían  los resultados obtenidos por las selecciones de Austria y Hungría ante España el año anterior , donde conocidos por la afición canaria como Zamora, Samitier o Piera habian participado de los triunfos hispanos a domicilio. Los húngaros que nos visitaban practicaban ya  novedosas tácticas, aunque los canarios con su sistema propio pudieron desarbolar al buen equipo magyar en varias ocasiones. Pero una vez mas, las enseñanzas de estrategia fueron asimiladas rápidamente por nuestros jugadores quienes las hicieron suyas y adaptaron a su estilo personal.

RESULTADOS DE LOS PARTIDOS JUGADOS EN JUNIO DE 1926

GRAN CANARIA 3 BUDAPEST 4

MARINO 3 BUDAPEST 3

VICTORIA 5- BUDAPEST 0

MARINO 6- BUDAPEST 4

VICTORIA 3 BUDAPEST 0

GRAN CANARIA 2 BUDAPEST 4 (REVANCHA)

SELECCIÓN CANARIA 5 BUDAPEST 5

 En Austria y Hungría, el fútbol estaba en grado floreciente al igual que en otros paises europeos. Aquellos años se jugaba con cuatro delanteros en V, y un interior que actuaba de medio; poco después este interior fue doblado, y la formación era la de tres delanteros, dos interiores--que efectuaban el papel de medios de ataque--, tres medios, dos defensas y un portero.

 La formación clásica era de un portero, dos defensas, tres medios y cinco delanteros, y  duró mas de cincuenta años. El medio centro jugaba al ataque ( caso de Oramas en el Santa Catalina y luego en el Español), los dos medios alas eran más defensores que atacantes, con lo que el equipo se com­ponía de seis atacantes y cuatro defensores. La despropor­ción entre el ataque y la defensa era compensada por la ley del fuera de juego, con la que en inferioridad numérica se podía dominar al quinteto atacante. 

 Hacia 1925, y con motivo de haber sido modificada la regla del fuera de juego, hubo necesidad de reforzar la de­fensa ya que permitía al delantero estar en juego teniendo dos jugadores entre él y la linea de gol, en vez de tres. Fué entonces cuando Herbert Chapman, manager del equipo inglés del Arsenal, imaginó este sistema en W M. No sabemos si Chapman fué el creador del sistema o solamente su realizador, ni tampoco la fecha exacta en que el dispositivo adquirió categoría de permanencia.

Los defensas del sistema clásico se colocaban en diagonal, según la dirección del ataque. En el sistema MW no. Se marcaba hombre por hombre; el marcaje se hacía más estrecho a medida que se aproximaban los atacantes.

Los húngaros que nos visitaban practicaban ya esta novedosa táctica, aunque los canarios con su sistema propio pudieron desarbolar al buen equipo magyar en varias ocasiones como podemos ver en los resultados. Una vez mas, las enseñanzas de estrategia fueron asimiladas rápidamente por nuestros jugadores quienes las hicieron suyas y adaptaron a su estilo personal.

El medio centro de la formación de nuestros equipos desde antiguo era esencialmente atacante y recorría todo el terreno, acudiendo al lugar en que su presencia fuera más interesante. Teóricamente podía marcar al delantero centro contrario cuando por prestar ayuda a su defensa se retrasaba, enfrentándose a él en las inmediaciones de su portería. Para completar la misión del medio centro, los defensas, que marcaban a los interiores, jugaban hacia el centro del terreno; su zona de marcaje era extensa y su situación en el campo adoptaba una disposición diagonal. La delantera no jugaba en línea recta, sino que los interiores se retrasaban, aunque la W que esbozaban no fuera tan profunda como en el sistema que traían los centroeuropeos. El sistema de juego de nuestros equipos consistía en  crear una ofensiva a partir del medio centro, con líneas secundarias de ataque por las alas .Los delanteros habían de ser rápidos, y para inclinar el ataque hacia las alas, los extremos intentaban siempre la jugada de corner centrando hacia puerta. El medio centro y los defensas se situaban guardando la zona de peligro frente a la portería. Si los interiores lanzaban a los extremos, los defensas acudían a su encuentro y los medios alas se cerraban para marcar a los interiores. La labor de los defensas quedaba generosamente facilitada por la regla del fuera de juego, ya que uno de ellos estaba mas adelantado que su compañero y ningún atacante podía permanecer detrás de él sin incurrir en Off-side. El ataque forzaba la defensa contraria con pases cortos entre el trio central de la delantera ( Armas, Alamo y Padrón  o Hilario en el Victoria por ejemplo) y pases largos a los extremos . La tarea del extremo era la de correr su línea y centrar (Ailla y Ortiz), con lo que daba tiempo al resto de la delantera a situarse en forma propicia de remate. 

Estas enseñanzas significaron un adelanto en cuanto a los planteamientos tácticos a practicar por nuestros equipos. El entrenador húngaro Woggenhuber fue contratado por el Marino, donde dejó sentir su labor durante algunos meses hasta  que partió para Vigo, donde se unió a la selección de su país que jugaba  frente a España en Diciembre de 1926. Previamente ya se habían incorporado al Deportivo de La Coruña los marinistas Andres Pérez y Malapata, recomendados por el húngaro y  a los que seguiría Hilario Marrero en una aventura insólita para salir de la isla . Pero esto se cuenta en otro apartado de la historia de nuestro fútbol.

 

Documentación :

*Federico Silva Rojo. “25 años de fútbol”. Tip. Diario. 1943

Javier Domínguez García."100 AÑOS DE FÚTBOL EN CANARIAS". 1998.

 

 
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